viernes, 21 de septiembre de 2018

CLIMATERIO Y MENOPAUSIA





La menopausia natural es un evento fisiológico definido como el último periodo menstrual. Representa el cese permanente de las menstruaciones debido a la pérdida de la función ovárica ocasionada por la edad. La menopausia natural o espontánea se identifica en forma retrospectiva
una vez que han transcurrido 12 meses de amenorrea, ya que no existen otros marcadores específicos
para establecer el diagnóstico en forma más temprana y precisa. La menopausia inducida es la que se origina por extirpación quirúrgica de los ovarios, por radiaciones o medicamentos citotóxicos. Cuando la menopausia aparece antes de los 40 años de edad se le denomina menopausia prematura, y cuando es entre los 40 y los 45 años, se conoce como menopausia temprana.
A la situación caracterizada por amenorrea temporal (mayor a cuatro meses) e incremento de las gonadotropinas hipofisarias en mujeres menores de 40 años de edad se denomina insuficiencia ovárica primaria.

El climaterio corresponde al periodo de transición de la etapa reproductiva a la no reproductiva y comprende toda la transición menopáusica y una fracción no determinada de la posmenopausia.



ETIOLOGÍA
La menopausia natural parece estar determinada por los genes, pero los mecanismos que regulan no se han esclarecido por completo. De los diversos factores que se han investigado como posibles modificadores de la edad de aparición de la menopausia, sólo el tabaquismo se ha asociado
de manera consistente con su manifestación más temprana, adelantándola en dos o tres años.

FISIOPATOLOGÍA





Menopausia natural

En general, se acepta que la depleción de folículos es el evento principal de la senescencia ovárica, aunque no se descarta que mecanismos centrales puedan participar en el inicio de los cambios que ocurren en el nivel de la gónada. Para comprender mejor este proceso es necesario revisarlo a partir de las condiciones que la función ovárica tiene en la etapa reproductiva.

CUADRO CLÍNICO
Aunque la menopausia es un fenómeno natural, con las fluctuaciones de las hormonas ováricas e hipofisarias, en especial la disminución de estradiol, algunas mujeres pueden manifestar diversos síntomas que inciden sobre todo, aunque no de manera exclusiva, durante la transición menopáusica tardía y la posmenopausia temprana.
El tipo y número de síntomas descritos varían con amplitud, pero mediante análisis factorial se ha demostrado que, por lo general, corresponden a tres grandes grupos o factores: vasomotor, psicológico y somático. Sólo los síntomas vasomotores y la atrofia vulvovaginal están relacionados
con claridad con la menopausia.

SÍNTOMAS VASOMOTORES
Están constituidos por bochornos y sudoraciones nocturnas.
Los bochornos son oleadas súbitas de calor acompañadas de sudoración, localizadas sobre todo en cuello y cara, cuya duración es de minutos. Las sudoraciones nocturnas son el equivalente de los bochornos, durante el sueño. Se piensa que los bochornos se originan por disrupción de los mecanismos reguladores de la temperatura en el nivel central, cuya causa principal, pero no exclusiva, es la disminución de estrógenos. 

ALTERACIONES SOMÁTICAS
Este grupo comprende síntomas muy diversos, siendo los más frecuentes mareos, tensión muscular, entumecimiento de extremidades, disestesias, parestesias, cefalea, artralgias y mialgias. Su relación con la deprivación de estrógenos tampoco es evidente y quizá por eso los efectos del tratamiento hormonal no han sido mejores a los de diferentes placebos.

SÍNTOMAS GENITOURINARIOS
La atrofia de los epitelios vaginal y urinario es consecuencia directa de la falta de estrógenos. Sus manifestaciones clínicas son sequedad vaginal, dispareunia, mayor susceptibilidad a infecciones vaginales e incontinencia urinaria (de esfuerzo y mixta), así como alteraciones de la estática pélvica (distopias genitales), como prolapso uterino, vesical y rectal, que por lo general se asocian con
relajamiento de la musculatura del piso pélvico. Muchas mujeres tienen estos síntomas con mayor intensidad durante la posmenopausia, pero con la administración local de estrógenos o lubricantes no hormonales es posible obtener mejoría importante en la mayor parte de los casos.

TRATAMIENTO
La base de la atención a la mujer en la peri y posmenopausia es la medicina preventiva. Las acciones deben encaminarse a informar acerca de la naturaleza de los eventos que aparecen a lo largo del envejecimiento ovárico, así como a promover cambios en el estilo de vida con la adopción de medidas higiénico-dietéticas que incluyen una dieta balanceada, aporte suficiente de calcio y
vitamina D, ejercicio y eliminación del sobrepeso, entre otras. La eliminación del tabaquismo, reducción en la ingesta de alimentos picantes o irritantes y de bebidas calientes; la disminución en la temperatura ambiental y tensión emocional han demostrado ser útiles para reducir los síntomas vasomotores. 
La prevención de las enfermedades cardiovasculares de la mujer debe procurarse con las medidas generales que aplican a los hombres y no mediante la administración de terapia hormonal sistémica.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
En contraste con el criterio prevaleciente en el decenio 1990-99, hoy se acepta que las intervenciones de tipo farmacológico deben quedar restringidas sólo a mujeres que tienen indicación específica para ello. Las contraindicaciones vigentes aplican a todas las formas de terapia hormonal, y se limitan a la presencia de cáncer de mama, uterino, o ambos, patología cardiovascular y hepática

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